Hacer marketing de contenidos (y hacerlo bien) implica toda una serie de acciones muy concretas que implican también y sobre todo escribir. El escritor debe seguir no sólo las reglas de la web sino también las de la lengua italiana, evitando errores sintácticos y gramaticales, así como ortográficos, y asumiendo un estilo y tono de voz adecuados tanto a la marca como al público objetivo.
Una herramienta de escritura muy utilizada en los últimos años es lo storytelling (narración digital); saber qué es y utilizarlo para crear contenido puede ayudar a atraer y entusiasmar a los usuarios, independientemente del canal de comunicación utilizado.
Qué es el storytelling digital y cómo hacerlo efectivo
La palabra «storytelling» se compone de dos términos distintos: «story«, es decir, «historia«, y «telling«, es decir, «contar«. Por tanto, en esencia, storytelling significa narrar una historia. ¿Pero qué historia? Y sobre todo, ¿con qué finalidad?
En el ámbito del marketing de contenidos, sin duda el objetivo es contar una historia que sea capaz de generar un impacto emocional en el lector para crear una conexión basada en la empatía y la implicación. De hecho, son numerosas las empresas que ya han optado por el storytelling para emocionar al público a través del relato de pequeños fragmentos de la vida cotidiana o del descubrimiento del lado humano de la marca y/o empresa.
El objetivo final es llegar al corazón de las personas a través de contenidos digitales: difícil pero no imposible. Además, el objetivo no debe centrarse sólo en las ventas sino también y sobre todo en la fidelización de los usuarios que, una vez establecido un puente muy empático, se animarán a volver para recibir aún más información.

No es casualidad que el storytelling juegue un papel decisivo en el ámbito de la enseñanza y la formación, donde el uso de historias ayuda a los estudiantes a comprender y facilita el aprendizaje. Precisamente por eso, es posible explotar todo su potencial para resaltar los rasgos distintivos de una marca y hacerlos fácilmente accesibles a cualquier persona.
La comunicación, por tanto, se simplifica tanto gracias al storytelling que no puede prescindir de él cuando se trata de contenidos digitales: todo el mundo se siente atraído por una historia, sobre todo si está bien contada y si permite comprender mejor algunos conceptos. Además, las historias personalizan el mensaje que quieres difundir, lo cual es perfecto para cualquier marca que quiera darse a conocer ante su audiencia.
El secreto, por tanto, de un buen storytelling digital reside en la elección de contenidos interesantes vinculados al lado humano y personal de cualquier realidad para ser contados de forma sencilla, empática y atractiva con el objetivo de impactar en los usuarios despertando en ellos emociones y curiosidad.
Cómo utilizar la narración digital en el marketing de contenidos
La web tiene un lado débil: es completamente abstracta. A diferencia de un libro o un periódico, dos medios físicos y concretos para transmitir un mensaje, el mundo online tiene inevitablemente una comunicación más fría y distante, a veces menos humana, lo que podría ser un obstáculo para crear un vínculo con el público.
Por eso el storytelling es tan importante para el marketing de contenidos: consigue llenar los vacíos de la impersonalidad típica de la web, creando un verdadero puente que reduce la distancia entre la marca y sus lectores.
Pero, ¿cómo aplicar la técnica del storytelling digital en el marketing de contenidos? A continuación se ofrecen algunos consejos útiles:
Definir el lector/cliente ideal
El primer paso a dar en el desarrollo de cualquier proyecto digital pasa por definir a tu lector/cliente ideal, una acción que no es trivial ni obvia. De hecho, una comunicación sólo tiene éxito si se dirige a un público específico, interesado en los temas tratados y acorde con los valores transmitidos.
De hecho, no existen comunicaciones universales y, por tanto, aptas para todos. La creación de un plan editorial al inicio del trabajo, de hecho, sirve precisamente para esto: crear contenidos destinados a alcanzar un objetivo bien definido.
Y el storytelling digital no es una excepción, al contrario: en sus relatos, de hecho, se suele hacer referencia a anécdotas, relatos personales y todo aquello que pueda suscitar una mayor respuesta emocional en los lectores que, para dar una respuesta, deben ser cuidadosamente seleccionados.
Contenidos que puedan despertar el interés de un adolescente no serán efectivos en un adulto, del mismo modo que hablar de la belleza de las montañas no captará la atención de los amantes del mar. Este desnatado, si se hace inicialmente, resultará eficaz a largo plazo.

Elige los temas a cubrir
Una vez definido el identikit del lector/cliente ideal, dedicarse al marketing de contenidos es decididamente más sencillo. Las características detectadas servirán para responder a una pregunta sencilla: ¿qué escribir? El resultado será la creación de contenidos interesantes y útiles para conseguir los objetivos finales.
De hecho, no es casualidad que el marketing de contenidos se base en la definición de 3 puntos fijos:
- identidad de la marca;
- personas compradoras (lector/cliente);
- objetivos.
Si estos 3 puntos quedan claros para todo el equipo, entonces el marketing de contenidos tendrá el éxito deseado ya sea un texto muy breve que se asociará con una imagen para las redes sociales o si decide optar por un artículo de blog para proporcionar a los usuarios información detallada.
Seleccionar canales de comunicación
Otro punto muy importante del storytelling digital tiene que ver con la elección de los canales de comunicación para transmitir el mensaje. El procedimiento no es complicado: basta con comprender dónde se encuentra principalmente el público objetivo.
Hoy en día la gente tiende a utilizar varios canales al mismo tiempo y a pasar mucho tiempo en dispositivos móviles. Por tanto, siempre es útil entender qué canal prevalece sobre los demás y utilizarlo para contar una historia personal, el backstage de un evento, la creación de un determinado producto, etc.
En definitiva, el canal es ciertamente importante, pero sólo resulta efectivo si el tono de voz está acorde con la marca y el público objetivo. De hecho, siempre hay que tener presente que los usuarios confían en las personas y no en la empresa, por lo que mostrar el lado humano siempre es una jugada válida.
Cuanto más humana sea la narración digital, más fácil será obtener una respuesta emocional de la audiencia.
Técnicas de narración digital
Cada escritor tiene su propio método para crear empatía y llegar al corazón de las personas, pero en lo que respecta específicamente a la narración digital, ciertamente hay algunos aspectos que sin duda pueden hacerla más efectiva. Aquí están los básicos:
- utilizar el singular: ayuda a que el mensaje llegue directamente al corazón de las personas, ya que reduce la distancia entre el escritor y el lector;
- decir la verdad: contar hechos que nunca sucedieron o una realidad distorsionada no compensa, al contrario, te hace perder credibilidad. Las personas deben ganarse la confianza, y esto sólo es posible si la relación se basa en la transparencia y la sinceridad;
- insertar contenido multimedia: el apoyo de imágenes y vídeos es muy útil en la narración digital, dado que expresan aún más claramente el mensaje escrito;
- permanecer fiel a la imagen de marca: los contenidos transmitidos deben respetar el tono de voz corporativo y los intereses de la audiencia relevante, dado que cualquier elemento «desafinado» podría crear confusión o incluso aburrir;
- elige temas interesantes: puede parecer superfluo reiterarlo, pero elegir temas de interés para tu target es fundamental;
- sigue el ritmo de la web: también debes tener en cuenta que los usuarios online tienen una capacidad de atención bastante baja, por lo que el secreto es ser breve y conciso.
Elegir el storytelling digital significa aprovechar una preciosa arma de seducción que, si se utiliza correctamente, puede ayudar realmente a una marca a ser conocida, amada y seguida tal como es. Una técnica que no debe subestimarse y que debe cultivarse con el tiempo.